sábado, 6 de abril de 2013

GEO-RUTA BOQUERON DE ESTENA. PARQUE NACIONAL DE CABAÑEROS


Hola soy Trilo, vuestro guía virtual 


Comenzamos la ruta desde el aparcamiento. Esta sigue la traza de una antigua carretera, proyectada en los años 40-50 del siglo pasado para alcanzar el embalse de Cijara, pero que fue abandonada antes de construirse los puentes. Observaremos la vegetación del boque de ribera y varios puntos de interés geológico; ocasionalmente se puede ver el buitre negro y leonado, el águila real, la culebrera, el martín pescador y el mirlo acuático, la cabra montesa, el galápago leproso etc. Según caminamos vemos jara pringosa, cantueso, romero, etc.


Durante el recorrido podremos ver pizarra, de un color  azulado oscuro y divisible en lajas, por lo que es muy frágil. Según nos adentramos en el parque, las cuarcitas tienen tonalidades más claras y son rocas duras y compactas, por lo que resisten bien la erosión y generan los principales relieves.

En el punto de partida, el aparcamiento, encontramos un mapa del Parque Nacional con una breve historia de cómo se constituyó. Cabañeros se caracteriza por la conservación del bosque mediterráneo.
Desde el aparcamiento comenzamos la ruta y nuestra primera parada es el puente que cruza el arroyo del Chorrillo. Nada más cruzar la pasarela encontramos un gran alcornoque más un cartel que nos indica que ya estamos en el Parque Nacional.


Durante la marcha veremos quercus, la encina y el alcornoque de hoja perenne, y el quejigo y el roble de hoja caduca. Dependiendo de la época del año en la que nos encontremos, encontraremos además gran variedad de setas, brezo blanco y rosa, retama, tomillo y romero. Es muy importante decir que no podemos destruir, arrancar o llevarnos a casa nada que se encuentre dentro de la ruta; es decir, ningún elemento natural de los protegidos por el Parque Nacional.

Tras unos pocos metros de ruta, podemos ver el río Estena y el paraje que da nombre a la ruta, El Boquerón del Estena. Boquerón, que en este caso deriva del estrecho o “boca” por la cual pasa el río entre dos montañas. Transcurridos apenas 20 metros llegamos a “las tres Torres”, llamadas brechas de falla en geología, y una formación que con el paso del tiempo se convertirá en otra torre. Debajo del camino, junto a las torres, hay una cueva en la cual vivió un hombre apodado “tío Cestero”. Este hombre fabricaba cestas y las intercambiaba por comida y víveres. La cueva fue el hogar del tío Cestero hasta que falleció y más tarde se cubrió de lodo, con la construcción de la carretera.


Las Pedrizas o canchales que vemos a nuestro paso, son formaciones muy típicas de los Montes de Toledo. Son “ríos de piedra” formados por bloques de cuarcita que bajan agrupados por las laderas, cuyo espesor y movimiento impide que crezca vegetación. Los fragmentos de cuarcita se liberaron por la acción del hielo y deshielo en época de las glaciaciones del Cuaternario.



Seguimos con nuestra ruta y nos detenemos en el “Risco Tirapanes” en el cual hay un panel informativo. En el siglo pasado los aldeanos eran pastores, carboneros… y frecuentaban la zona para trabajar. Eran muy habituales las crecidas del Río Estena,  por lo que las personas y el ganado que se quedaba en la otra orilla del río, no podía cruzar para volver a sus casas. Los familiares de estas personas, que vivían en el pueblo, iban a este risco a tirarles pan y alimentos para poder sobrevivir hasta que bajara el caudal del río. De aquí viene el nombre del risco “Tirapanes”. Sin movernos de lugar y mirando hacia el río, podemos apreciar unas encinas. Desde el risco podemos ver un tejo milenario.
Observamos el arce de Montpellier y el enebro. Por las mañanas, con los primeros rayos de sol salen los galápagos y se suben a las piedras del río para calentarse.


En la geo-ruta nos remontamos al Paleozoico (era “primaria”), concretamente al periodo Ordovícico inferior. Podemos ver las huellas  que dejamos yo y otros trilobites, lo que ahora llamáis cruzianas.
Si estamos sedientos y cansados, podemos beber agua en la fuente del fresno, llamada así por estar situada debajo de un gran fresno.

Continuamos con nuestro recorrido y llegamos a una pasarela de madera: una vez la crucemos, dejaremos el río a nuestra izquierda.


Hace centenares de millones de años eran comunes las grandes tormentas y tempestades de las que quedan rastros actualmente, a modo de planos abombados en las capas de cuarcita.
En cuando a la vegetación, podemos ver más fresnos, cornicabra, jara blanca, enebro, tejos, abedules y acebos.

Continuamos caminando por la inacabada carretera, con el río a nuestra izquierda y nos detenemos junto a un canchal para ver las huellas de los gusanos gigantes. Una de las galerías principales mide doce metros de largo por veinte centímetros de ancho. Existen otras huellas más pequeñas y complejas de localizar. A nivel mundial, son las huellas de gusanos marinos más grandes conocidas. Podemos examinarlas más de cerca a través de una réplica de ellas expuesta en la casa rural Boquerón de Estena.
El mejor lugar de Europa para observar la discordancia angular entre las rocas del Cámbrico y Ordovícico está también en este valle, con el paso de capas verticales (Cámbrico) a capas inclinadas (Ordovícico), conocida por los geólogos como “Discordancia Toledánica”. Las discordancias son contactos erosivos de sedimentos, muchos de ellos vinculados con movimientos tectónicos a nivel de cuenca de sedimentación.



Concluimos la aventura al llegar a una alambrada que nos cierra el paso, y que marca el límite de una finca privada dentro del parque. En sus inmediaciones podemos ver rizaduras de  oleaje (ripples) en ambos lados y en el suelo.  No es un recorrido circular, por lo que debemos volver sobre nuestros propios pasos hasta el aparcamiento. 

Después de unas tres horas caminando, se nos ha abierto el apetito… así que…  es buen momento para retomar el coche y dirigirnos al restaurante Boquerón de Estena, sito en Navas de Estena, camino del río kilómetro 1,5. Allí podremos degustar las mejores migas manchegas, queso de la tierra, embutido de venado, carne de ciervo y jabalí, buenos vinos y unos postres deliciosos para recuperar la glucosa del cuerpo.



Tras la comida, podemos disfrutar de la exposición permanente de fósiles y de  las réplicas de las huellas de gusanos, así como de la superficie con Cruziana más grande del mundo.




Reserva visitas guiadas gratuitas:

http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/cabaneros/acti_recreo/activ_recreo004.htm

Reserva casa rural:

  • Teléfonos689 125 108 – 609 416 745
  • Mail: boquerondestena@boquerondestena.com